Creo que más o menos todas sabemos lo que es la anestesia
epidural, también llamada anestesia peridural. Se trata de la introducción de
un analgésico en el espacio epidural, entre dos vertebras, bloqueando así las
terminaciones nerviosas y anulando el dolor.
Pero no voy a entrar en detalles médicos. Sobre lo que voy a
hablar hoy es sobre la duda que tenemos la mayoría cuando nos enfrentamos a
nuestro primer parto, ¿me pongo la epidural? ¿Realmente la voy a necesitar? ¿El
parto es tan doloroso como me han contado o voy a poder soportarlo?
Que el parto es doloroso no lo voy a negar. El periodo de
dilatación será más o menos largo dependiendo de que sea tu primer hijo o
tengas ya alguno, de cómo se presente la situación, de la posición del niño… Y
lo mismo pasa con el dolor. Cada parto es completamente distinto. Incluso en
una misma mujer cada uno de sus hijos le hará vivir una experiencia totalmente
distinta y única.
En general pienso que le tenemos demasiado miedo al parto, a
algunas mujeres casi diría que les provoca auténtico terror. Quizá sea por
exceso de información, quizá porque las madres de nuestro entorno se empeñan en
contarnos sus experiencias y complicaciones al dar a luz. Sin duda lo hacen con
sus mejores intenciones, pero de esa manera lo que consiguen es provocarnos
mayor inquietud.
El caso es que nos olvidamos de que nuestro cuerpo está
perfectamente capacitado para soportarlo y al final ese miedo hace que nuestros
partos sean más dolorosos. Pensemos en la cantidad de hijos que tenían nuestras
abuelas y bisabuelas, y ellas no disfrutaban de las atenciones que tenemos hoy
en día. Afrontaban el parto como lo que es, algo totalmente natural.
Si nos olvidamos del dolor y pensamos en lo que realmente
importa, en que por fin vamos a conocer a nuestro chiquitín, estaremos dando el
primer paso para que todo vaya lo mejor posible.
No voy a decirte que no te pongas la epidural ni muchísimo
menos, esa es una decisión que debes tomar tú. Si no tiene muy claro lo que
quieres hacer te recomiendo que tengas todo preparado. Habla con tu
anestesista, hazte las pruebas que sean necesarias y ten los papeles listos y
firmados. Espera a tomar la decisión en el momento, dependiendo de cómo se
presente el parto y de lo doloroso que te resulte.
Independientemente de que vayas o no a utilizarla es muy
importante que aprendas a relajarte. Ve a clases preparto o practica alguna
técnica de relajación. Por mi experiencia puedo asegurar que cuanto más
relajada estés más rápida será la dilatación y mucho más llevaderas las
contracciones. Si estamos tensas el dolor se hace insoportable.
Aprender a concentrarte en tu respiración te ayudará a
evadirte un poco y no prestar tanta atención al dolor. Te aseguro que la
relajación es la mejor analgesia que pueden ofrecerte, es gratis y sin efectos
secundarios.