lunes, 27 de agosto de 2012

Llegó mi segundo bebé y con él mi segunda alegría








Estamos a 21 de agosto, hoy mi niño cumple 6 añitos. ¡Madre mía, seis años ya! Me parece mentira, si parece que fue ayer cuando nació.

Para mí no fue el primer parto sino el segundo, pero como aquí de lo que vamos a hablar es de nuestras experiencias he decidido contarte como fue el mío.

Pensaba que no iba a llegar nunca el momento. Se me retrasó el parto seis días y me parecía que no iba a terminar nunca mi embarazo, que iba a quedarme para siempre con mi barrigota de embarazada. Con lo poco que cunden seis días y lo largos que se me hicieron a mí. Ya estaba contando los días que faltaban para que me lo provocaran si mi niño no se decidía a salir él solito. Ya no aguantaba más aquella barriga inmensa. Entre que era como una pelota enorme y los calores del mes de agosto, los días se me hacían eternos.

Justo ese día fui a monitores a primera hora de la mañana y el ginecólogo ya me advirtió cuando me vio que lo más seguro es que naciera ese mismo día. Y yo, que no notaba absolutamente nada, no me lo creí.
A lo largo de la mañana sí que noté alguna contracción, pero muy suaves y muy de cuando en cuando. Fue al mediodía cuando empezaron a regularse aunque eran muy distanciadas. Además iban acortando tiempo tan rápidamente que yo, después del interminable parto inducido de su hermana, estaba convencida de que era una falsa alarma y que iban a parar en cualquier momento.

A eso de las cinco de la tarde avisé a la abuela para que viniera a buscar a la nena, que estaba a punto de despertarse de su siesta. Las contracciones para entonces ya iban siendo bastante fuertes.

Inmediatamente después avisé a papá, tranquilizándole para que no agarrara el coche e intentará llegar como un cohete, el peque no iba a llegar tan rápido. ¿O sí?

Hice las llamadas aprovechando el descanso entre dos contracciones. Mi sorpresa es que entre una y otra apenas habían pasado unos tres minutos. Así que sin esperar a papá salí zumbando para el hospital.
Media hora después estaba ingresada y me estaba mirando una matrona. Mi dilatación era de ¡ocho centímetros! Si me descuido un poco lo tengo en casa.

Como una hora después llegó papá, entró en la sala de dilatación a saludarme, le mandaron salir para echarme un vistazo y me pasaron directamente a paritorio. Unos minutos más tarde, tras un par de pujos, nacía mi gordito con 3,750Kg.

Eran las siete menos diez, una hora y veinte minutos después de ingresar. Menos mal que vivo al lado del hospital, sino ese día habría salido en las noticias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario